¿Solo estás jugando? Cuando el NPC comienza a pensar en la muerte

No sabía que estaba muriendo hasta que hice clic en ‘apuesta’

Primero me senté en mi apartamento de Brooklyn, con la pantalla brillando a las 2 a.m., y abrí lo que llamaban ‘juego’—no por dinero, sino porque necesitaba sentir algo real.

El ritmo está en la pausa

Cada apuesta sonaba como un tambor de samba en una habitación vacía. No era llamativo. No era ruidoso. Solo 50 pesos gastados—en silencio—tras el trabajo. Ningún gran premio llegó esa noche. Pero mis manos recordaban el ritmo.

No eres el jugador. Eres el narrador

Lo llaman ‘juego’. Yo lo llamo confesión. Cada elección es una línea en un diario escrito por alguien que se quedó despierto, demasiado cansado, demasiado honesto para mentirse a sí mismo.

El verdadero premio mayor es tu nombre

El sistema no recompensa las victorias. Recompensa la presencia. Cuando dejas de perseguir el fuego—y solo escuchas—te conviertes en el siguiente NPC que piensa antes de actuar. Y por una vez, llores—no por pérdida—but por ser visto.